Al sentido de la vista, unido a la mente, le encanta jugar juegos divertidos con nosotros. Si miras al cielo por la noche, puedes ver estrellas que están a millones de kilómetros de nosotros, pero a veces en casa puedes mirar directamente un objeto y no lo ves a quemarropa. Se nos presenta una perspectiva tan confusa que dejamos de entender dónde está el suelo y dónde está el techo. O una cosa “finge” ser otra: una espina común y corriente se convierte en una araña aterradora y las patas de un gato crecen hasta alcanzar un tamaño gigantesco. Los usuarios compartieron fotografías que es mejor ver al menos dos veces para comprender lo que sucede allí.