Caucus de Iowa: con Trump como favorito, es probable que Haley y DeSantis compitan por el segundo lugar

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15 de enero de 2024 a las 7:52 a. m. EST

El término «caucus de Iowa» puede evocar imágenes mentales de personas reunidas en gimnasios escolares, formando y reformando grupos según sus preferencias presidenciales.

Ese método de votación fue una característica del grupo demócrata durante las últimas cinco décadas, pero ya no se utilizará más. El partido ha reformado drásticamente su proceso de caucus después de los fracasos de 2020.

Los demócratas de Iowa seguirán celebrando asambleas partidistas hoy, pero no implicarán votar por el presidente.

En cambio, las asambleas electorales presenciales de los distritos electorales (que también comienzan a las 7 p.m. hora local) se reunirán para llevar a cabo lo que los demócratas estatales llaman «asuntos tradicionales del partido».

«Elegiremos delegados independientes y delegados suplentes para las convenciones del condado, elegiremos miembros del comité central del condado y discutiremos resoluciones de plataforma que puedan compartirse en las convenciones del condado», dijeron.

Los demócratas emitirán su voto por correo utilizando una tarjeta de preferencia presidencial, que pueden solicitar por correo o en línea hasta el 19 de febrero.

¿Las opciones en la boleta? El presidente Biden, el representante de Minnesota Dean Phillips, la autora Marianne Williamson y «no comprometidos».

Las tarjetas se enviarán por correo a partir del viernes y los resultados se publicarán el 5 de marzo (16 estados o territorios votarán ese mismo día, conocido como Súper Martes).

Es un cambio significativo en el proceso y una degradación en el calendario. La reforma es un resultado directo del caótico caucus demócrata de 2020, que no logró producir un ganador claro. La aplicación para teléfonos inteligentes que el partido compró para que los distritos electorales informaran a sus ganadores no funcionó correctamente, al igual que un sistema de línea directa de respaldo.

Incluso antes de esa debacle, sin embargo, un creciente coro de críticos había estado poniendo en duda el estatus de Iowa como primero en la nación, argumentando que su población abrumadoramente blanca no refleja a Estados Unidos ni la creciente diversidad del Partido Demócrata.