WTF
La historia de una mujer que consiguió que sus astutos parientes dejaran de tratar su casa como un hotel gratuito
—Inma, ¿qué te pasa? —Mi esposo se estaba enfadando. —Compramos un departamento. Como tú querías. Pero estás triste.—Dani, ¿y si les devolvemos el dinero a tus padres? ¿Directamente con tu próxima paga?Mi marido puso los ojos en blanco:—¡Basta! ¿Cuántas veces puedes pensarlo? Te lo han dicho claramente: ¡este dinero nos lo han dado sin devolverlo! Además, tenemos una hipoteca.La esposa asintió:—Sí, lo recuerdo, —Inma pareció despertar de la obsesión. —Lo siento. Son cosas mías. Tienes razón: no tiene sentido no ser feliz.Tres meses después. Inma abrió la puerta de su casa y oyó voces. Un segundo después, sus temores se confirmaron.—Ah, ahí está Inma. Hola, —su esposo estaba de buen humor. —Tenemos invitados.—Eh, hola. Ya me he dado cuenta. ¿Por qué no me escribiste?Daniel estaba avergonzado:—Mamá dijo que no debía molestarte innecesariamente. Así sería una sorpresa.—Sí, fue un éxito.—Aquí viene la señora de la casa, —intervino el suegro. —Aquí estamos viendo cómo se han arreglado.La suegra rápidamente le dio un codazo en el costado a su esposo y este se calló.—Inma, ¿tú crees, —la suegra miró alrededor de la cocina, —si mueves la nevera a ese rincón y la mesa en su lugar, habrá más espacio?—Es más cómodo así para nosotros, —Inma miró a su marido esperanzada.—Pero mi solución es óptima. ¿Qué te parece, Dani?Su hijo asintió:—Sí, lo haremos, mamá.Inma miró su reloj:—¿Han venido en coche?—No, claro que no. —exclamó el suegro-. —Es invierno.—Pero el último autobús acababa de salir.—Y hoy no nos íbamos a ir. ¿O nos estás echando? —entrecerró los ojos su suegra.—Mamá, nadie les está echando. Ya lo hemos hablado todo: pasarán la noche en nuestra casa.Inma apretó los puños.
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