Cuando eres niño, la seguridad puede adoptar muchas formas. Puede significar esconderte detrás de las piernas de tu madre, tapándote la cara con su falda de volantes, cuando te rodean extraños ruidosos. O no obedecer cuando tu abuela te dice: “Venga, dale un abrazo a tu tía”. A medida que los niños maduran y adquieren más experiencia, se vuelven más conscientes de las situaciones incómodas y aprenden a manejarlas adecuadamente.En el artículo de hoy, exploramos una conmovedora historia compartida por un padre que revela cómo su hijo adolescente utiliza un código secreto para comunicar la necesidad de apoyo y escapar de acontecimientos incómodos.