Un vistazo a la vida en las metrópolis del futuro

Coches voladores, aceras transportadoras, profesores virtuales, robots en lugar de camareros, casas inteligente. Cuando se trata de imaginar el futuro y como serán las ciudades dentro de 50, 100 o 300 años, en seguida se nos vienen a la mente infinidad de avances de lo más inverosímiles.

Por supuesto, es imposible predecir el futuro, pero sabemos que este normalmente es solo una sucesión de eventos y pequeños cambios en el presente, que a lo largo de los años acaban suponiendo enormes avances. Por esta razón, creemos que a día de hoy ya podemos avanzar algunos de los cambios que se van a ver en el futuro, principalmente protagonizados por la sostenibilidad, la tecnología y la inteligencia artificial, siempre con una mirada a la conectividad, en todos los sentidos.

Las metrópolis del presente

Para hablar de las metrópolis del futuro, es imprescindible que empecemos con una mirada al presente; entendiendo y comprendiendo como han evolucionado las ciudades hasta el momento, y cuáles son los principales conflictos con los que deben lidiar. Podríamos atribuir el primer desafío de las ciudades actuales a la repentina crecida del número de habitantes de nuestro planeta desde mediados del siglo XX hasta ahora. Esta crecida demográfica tan fuerte obligó a las ciudades a crecer a un ritmo mucho más acelerado del que lo habían hecho hasta el momento, resultando en una diferencia abismal entre los barrios antiguos de las ciudades y las partes más modernas, generando muchas veces problemas para conectarla toda. Con este crecimiento de las ciudades, se ha visto también un incremento significativo en el número de vehículos y con todo ello, los problemas de tráfico, congestión y contaminación ambiental están a la orden del día.

Las metrópolis del futuro

Arquitectura futurista

Imaginamos, pues, que el primer punto donde cambiarán las metrópolis del futuro será en la propia arquitectura, porqué es precisamente lo que más ha cambiado en los últimos años y lo que dibuja y define las ciudades.

Pensamos que para economizar espacio horizontal veremos un cambio en los skylines, donde los rascacielos serán mucho más comunes, pero también distintos a los que existen hoy. Se buscarán formas eficientes de construcción, y se pondrá especial énfasis en la eficiencia energética y la preservación de los recursos. Probablemente, veremos también muchos espacios verdes integrados, quizás en terrazas o en las mismas cubiertas de los edificios, buscando combinar la naturaleza en medio del gris.

En la arquitectura cabe hablar también del urbanismo de las ciudades y de cómo estas ayudarán a sus habitantes a moverse por ellas y trabajarán para brindar una mayor sostenibilidad al conjunto. En un futuro un poco más lejano, pues no es fácil redibujar ni construir nuevas formas de transporte, muy seguramente veremos un transporte público revolucionario, seguramente elevado, mucho más veloz y limpio en lo que a emisiones se refiere, que permitirá minimizar o, por qué no, eliminar, los vehículos particulares.

Avances tecnológicos

Las ciudades van a cambiar, por supuesto, pero no es posible imaginar su futuro sin incluir miles de avances tecnológicos en él. Nadie puede negar que la tecnología ha sido la gran revolución de nuestra era; hemos visto su nacimiento y su evolución en un margen de tiempo increíblemente corto, por lo que somos muy conscientes de su potencial en los próximos años, por no hablar de las posibilidades que nos brindará la Inteligencia Artificial.

Podemos intuir pues que las ciudades serán inteligentes, con todo lo que esto implica. Desde los diseños urbanos sostenibles que comentábamos unas líneas más arriba, el uso de la tecnología para reducir el consumo energético, hasta la inclusión de servicios de todo tipo para facilitar la vida a la comunidad se aplicarán en los próximos años. Veremos también como se aprende a aprovechar el potencial del Internet de las Cosas (IoT), así como la crecida de las redes de conexión a internet, para ofrecer una mayor y más rápida conectividad a sus habitantes. La tecnología y la Inteligencia Artificial se aplicarán también en los medios de transporte, proveyendo soluciones más eficientes, aunque donde más impactará su utilización será en transformar las ciudades a unidades más sostenibles y eficientes.

Un nuevo estilo de vida

A medida que vamos proponiendo ideas para las metrópolis del futuro nos damos cuenta de que todos estos cambios van a significar una transformación enorme en el estilo de vida de sus habitantes. Del mismo modo que el nuestro no se asemeja en absoluto al de principios del siglo XX, el estilo de vida en el siglo XXII o XXIII distará bastante también del actual. Rápidamente pensamos en nuevas formas de trabajo, tanto con nuevas posiciones como con un auge del trabajo remoto.

Presumimos que habrá una cobertura y una conexión a internet excelentes en todos los rincones, con todo lo que esto conlleva: desde trabajar desde casa, ver el catálogo de juegos de Platincasino o descargar una película en Netflix en cuestión de segundos donde y cuando quieras. Surgirán también nuevas formas de ocio y entretenimiento en el mundo digital; las comunidades estarán hiperconectadas y la interacción social en la ciudad del futuro será completamente nueva. Las distancias se relativizarán gracias a los nuevos métodos de transporte y la movilidad geográfica se entenderá de una forma muy distinta a la actual. Por supuesto, las viviendas serán diferentes, así como la cultura y la propia identidad de las ciudades, y todo ello, cambiará el estilo de vida de las personas que vivan en ellas.

Conclusión

Como avanzábamos al inicio de este artículo, es imposible que en el presente podamos predecir qué va a pasar a muchos años vista. Sin embargo, creemos que no es descabellado pensar que la conectividad a nivel de cobertura e internet mejorará, así como la conectividad urbana y la movilidad de las personas gracias a nuevos métodos de transporte y nuevos diseños urbanos. Es fácil pensar también que la tecnología cogerá experiencia en algunos campos que todavía están por explorar, y que ganará terreno en algunos otros donde ya está presente.

Si bien es cierto que el potencial positivo de las metrópolis del futuro no se puede negar, es posible que con la evolución y el cambio surjan también otros de negativos. Sin embargo, invitamos a nuestros lectores a seguir explorando este tema tan fascinante y a imaginar un futuro hacia ciudades más ecológicas y sostenibles, y pensadas para el bien de la comunidad.

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