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La madre se niega a recoger a una hija ansiosa del viaje por carretera, paga $ 250 por Uber Home
La crianza de los hijos no siempre se trata de solucionar problemas, también se trata de enseñar responsabilidad. Si bien es natural querer intervenir y ayudar, a veces dejar que los niños naveguen sus propios desafíos puede ser más beneficioso a largo plazo. Aprender a manejar situaciones difíciles de forma independiente es una parte clave del crecimiento.
Un padre se puso firme cuando su hija de 18 años, que lucha con la ansiedad, llamó a casa pidiendo ser recogido de un viaje por carretera después de un desacuerdo con sus amigos. Apegándose a sus límites, le dijeron que tendría que resolverlo a sí misma. Ahora, el debate está en marcha: ¿fue este amor duro o demasiado duro? ¡Sigue leyendo para ver lo que la gente piensa!
Los adolescentes a menudo recurren a sus padres para obtener apoyo cuando se sienten abrumados o angustiados
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Un padre buscó consejos en línea después de negarse a intervenir cuando su ansioso adolescente pidió ayuda
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La ansiedad en la infancia y la adolescencia puede verse muy diferente: lo que preocupa que un niño pequeño ni siquiera sea una fase a un adolescente, mientras que la ansiedad adolescente es a menudo más compleja
Todos podemos estar de acuerdo, ser un adolescente no es fácil. Estás atrapado en esa extraña etapa intermedia donde se espera que comiences a actuar como un adulto sin dejar de descubrir quién eres. En un momento, estás entusiasmado con la nueva independencia, y al siguiente, estás completamente abrumado por las responsabilidades que nunca pidió. Es mucho hacer malabarismos, y para muchos adolescentes, esta fase viene con una buena cantidad de ansiedad.
Y seamos realistas, la ansiedad no es solo el estrés ocasional en un examen o un gran juego. Es esa preocupación molesta y abrumadora que no solo desaparece, haciendo que las cosas normales y cotidianas se sientan un gran problema. Ya sea preocupante por el rendimiento escolar, el ajuste o la incertidumbre del futuro, la ansiedad tiene una forma de arrastrarse en diferentes partes de la vida.
Curiosamente, lo que los niños se preocupan por los cambios a medida que crecen. Cuando son pequeños, los miedos son más externos, como los monstruos debajo de la cama, los rastreos oscuros o espeluznantes. Pero cuando llegan a su adolescencia, sus preocupaciones cambian hacia adentro. Ahora, se trata de calificaciones, estatus social, cómo se ven y qué piensan otros de ellos. La presión de ser «lo suficientemente bueno» en todo puede sentirse insoportable.
Según un informe de 2019 de los Institutos Nacionales de Salud, casi uno de cada tres adolescentes (de 13 a 18 años) experimentará un trastorno de ansiedad en algún momento. Es un número bastante grande y, sin embargo, tantos adolescentes luchan en silencio porque son demasiado buenos para ocultarlo o ni siquiera se dan cuenta de lo que están pasando.
¿La parte difícil? La ansiedad no siempre grita por atención, se cuela. Algunos adolescentes pueden parecer perfectamente bien en el exterior, pero luchan con una preocupación constante, irritabilidad o problemas para concentrarse. Otros pueden comenzar a evitar situaciones sociales, quejarse de dolores de estómago o dolores de cabeza, o de repente perder interés en las cosas que solían amar.
Los seres queridos pueden desempeñar un papel crucial para ayudar a los adolescentes a manejar la ansiedad al ofrecer apoyo, tranquilidad y comprender
Y aunque cada adolescente tiene días difíciles, ciertos signos podrían señalar algo más serio. Los miedos y las preocupaciones persistentes sobre las situaciones cotidianas, la autoconciencia extrema o la sensibilidad a las críticas, y evitar experiencias nuevas o desafiantes puede ser todas las banderas rojas. Una caída repentina en las calificaciones o negarse a ir a la escuela podría indicar luchas más profundas, al igual que sentirse inquieto, irritable o abrumado sin una razón clara. Estos comportamientos, aunque a veces sutiles, pueden indicar que un adolescente está lidiando con ansiedad y que pueden necesitar apoyo adicional.
Como padre, amigo o hermano, es importante estar atento a estos signos. Si un adolescente parece estar luchando, el primer paso es simplemente hablar con ellos. Hágales saber que no están solos, que lo que están sintiendo es válido y que hay formas de manejarlo.
Si la ansiedad comienza a interferir con su vida diaria, podría ser el momento de buscar apoyo adicional. Los profesionales de la salud mental como psiquiatras, psicólogos o consejeros pueden proporcionar las herramientas adecuadas para ayudarlos a navegar estos sentimientos. A veces, solo tener a alguien con quien hablar hace la diferencia.
En este caso particular, el padre estaba tratando de empujar a su hijo hacia la independencia y al mismo tiempo establecer límites. ¿Pero fue amor duro o fue demasiado duro? ¿Qué opinas? ¡Háganos saber sus pensamientos!
Muchas personas en línea creían que el padre tomó la decisión correcta, ya que enseñaría a su independencia y resiliencia de 18 años.
Otros sintieron que, como padre, era su responsabilidad intervenir y ayudar a su hijo a navegar por la situación.
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