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‘El Oso’ utiliza la comida como metáfora perfecta de las relaciones

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‘El Oso’ utiliza la comida como metáfora perfecta de las relaciones

«Tratar de arreglar este restaurante era intentar arreglar lo que sea que estaba pasando con mi hermano», dice Carmen «Carmy» Berzatto (Jeremy Allen White) en la primera temporada de El oso. Es una descripción precisa del estado mental de Carmy mientras lidia con las secuelas del dolor y el arrepentimiento tras el fallecimiento de su hermano, Mikey (Jon Bernthal). Para él, hacerse cargo de The Beef presentó una oportunidad de acercarse a Mikey incluso en la muerte. Sin embargo, si bien el restaurante simboliza segundas oportunidades, la comida (y todo lo que la rodea) sirve como metáfora de las relaciones.

La importancia de la preparación y el esfuerzo

En El oso, Carmy y Sydney Adamu (Ayo Edebiri) ponen un esfuerzo extra en la preparación y presentación de sus comidas; algo que alientan a todos los que los rodean a hacer también. Esta es una técnica que a la mayoría de los chefs se les enseña en la escuela de cocina mientras aprenden sobre la importancia de tener en cuenta todos los sentidos en la creación de comidas atractivas. En el programa, esto también representa una alegoría de tomarse el tiempo para invertir en las relaciones.

Cuando se trata de personas, todo el mundo aprecia las pequeñas cosas, ya sea una taza de café caliente junto a la cama, un trozo de chocolate en el escritorio o incluso un amable mensaje de texto surgido de la nada. No es necesario que sea grandioso o exagerado, sino algo que demuestre un mínimo de esfuerzo, cuidado y que alguien está pensando en ti. Ahora bien, si las personas ponen lo mínimo en una relación o tratan a los demás como desechables, se manifiesta en su enfoque descuidado y descuidado, lo que hace que la otra persona se sienta dada por sentado y crea un resentimiento persistente.

Curiosamente, Richard ‘Richie» Jerimovich (Ebon Moss-Bachrach) es un personaje que descubre esta dura lección en la primera temporada de El oso. Pone un mínimo esfuerzo en sus relaciones personales y en el restaurante, y las consecuencias resultantes arruinan su vida: se vuelve infeliz tanto en casa como en el trabajo, sintiéndose aislado y solo. Sólo cuando se da cuenta de que también recae en él la responsabilidad de esforzarse por los demás, comienza a experimentar cambios positivos.

En ‘El Oso’ todos son iguales

Cuando Carmy se hace cargo de The Beef, inculca la práctica de que todos se refieran entre sí como chef. Es una señal de respeto mutuo que demuestra que todos tienen la misma importancia en el funcionamiento del restaurante. Instantáneamente, esto tiene una poderosa influencia en la moral del personal, e incluso inspira a algunas personas a perfeccionar sus habilidades y estar a la altura del prestigioso título.

Lionel Boyce y Ayo Edebiri en El oso (2022) | IMDb

Este concepto también tiene importancia en la cocina metafórica de la vida. En cualquier tipo de ecosistema, cada individuo desempeña un papel vital en el resultado, que puede ser el florecimiento o el deterioro. Al practicar el respeto mutuo y tratarnos unos a otros como iguales, se eliminan todas las estructuras burocráticas creadas por el hombre que intentan crear divisiones y jerarquías. Básicamente, hace que todos se sientan valorados.

Por supuesto, hay personas designadas que tienen poderes clave para la toma de decisiones, especialmente en torno a cuestiones financieras, pero la cuestión es que la voz de todos importa en El oso. Los personajes fallan (por ejemplo, todas las veces que Carmy no escucha las sugerencias de Sydney y la hace sentir irrespetada), pero rápidamente se dan cuenta de que necesitan autorectificarse y respetarse mutuamente para tener éxito.

Dejar atrás el pasado para abrazar el futuro

Uno de los principales puntos conflictivos en El oso La temporada 1, e incluso la segunda temporada, involucra el menú. Hay quienes, como Richie, se resisten al cambio y mantienen el mantra: «Siempre lo hicimos de esta manera». Otros comprenden la necesidad de avanzar y evolucionar, en lugar de quedarse estancados en la agonía del pasado. Naturalmente, da miedo porque es desconocido e incierto, pero es necesario. Suena muy parecido a la vida en general, ¿verdad?

Cuando se trata de relaciones (ya sean románticas, comerciales, familiares o amistosas), aferrarse al pasado resulta perjudicial para todas las partes. De manera realista, nadie es la misma persona que era ayer, hace un mes o hace 10 años; La gente cambia. Sin embargo, el equipaje personal es como un camión doblado que bloquea el camino hacia el crecimiento y la evolución. En algún momento es necesario moverlo.

Como se demuestra en El oso, los cambios en The Beef, que se transforma en The Bear, no borran la historia ni olvidan a los que vinieron antes. En cambio, aprovechan las lecciones aprendidas y dejan atrás el pasado para adoptar una nueva forma de vida, ya sea probando un nuevo menú o mejorando platos anteriores. En última instancia, el restaurante podría haber proporcionado el recipiente inicial para lidiar con el dolor y el arrepentimiento, pero es la comida la que contiene la clave para desarrollar sus relaciones y convertirse en mejores personas.

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