
Ser padre no viene con manual de instrucciones, pero si algo es seguro, es que los hijos absorben como esponjas cada gesto, palabra y actitud. Lo que para nosotros puede parecer un hábito inofensivo o una simple reacción momentánea, para ellos es una lección de vida. Si papá deja su ropa tirada en el sofá, no nos sorprenda encontrar a su pequeño haciendo lo mismo años después. Si mamá saluda con una sonrisa a un extraño, ahí estará su hijo replicando esa misma cortesía en el parque. Estas 17 historias nos muestran, sin filtros, cómo los hijos pueden convertirse en el reflejo perfecto —y a veces hilarante o inesperado— de sus padres.