WOW
Esta Nochevieja, sé amable contigo mismo
Esta Nochevieja, quiero que te detengas y te ablandes. Quiero que recuerdes que la vida no es una carrera para lograr o demostrar, sino un viaje para vivir y sentir. No es necesario que te arregles antes de la medianoche. No tienes que convertirte en alguien nuevo mientras el reloj comienza a avanzar. Sólo necesitas darte cuenta de que quién eres, aquí y ahora, es suficiente.
Vales más que una resolución. Vales más que las oraciones silenciosas que susurras, rezando para que realineen las piezas de tu vida. Vales más que las manifestaciones del 11:59 que pronuncias con manos temblorosas, sólo para llorar en tu almohada a las 12:01 por todo lo que “pudo haber sido”.
Aquí está la verdad. Ya lo lograste.
Sientes que no hiciste lo suficiente este año. Sientes que no marcaste suficientes casillas ni alcanzaste suficientes hitos. Sientes que no fuiste suficiente. Pero la verdad es que hiciste algo extraordinario, sobreviviste. Exististe. Llegaste al final de otro capítulo. Bueno, a veces, ese es el mayor logro de todos.
Fuiste crítico este año, no de manera dañina, sino de una manera que significa que te preocupaste. Examinaste tu vida, te planteaste preguntas difíciles, profundizaste en aquellas partes de ti que te dolían y te preguntaste cómo podrían sanarse. Eso no es poca cosa.
Estuviste aquí este año, tal vez no todo el tiempo, pero sí lo suficiente. Lo suficiente como para notar la luz del sol que se derrama por el piso de la cocina. Lo suficiente como para escuchar la risa de alguien a quien amas y dejar que te llene de una manera que las palabras nunca podrían hacerlo. Lo suficiente como para sentarse con el dolor en lugar de huir de él, incluso cuando se sentía insoportable. Eso tampoco es poca cosa.
Pero, sobre todo, aguantaste. En los momentos en los que creías que no podías, seguiste adelante. A través de días que parecía que nunca terminarían, te despertaste y lo intentaste de nuevo. Luchaste en batallas que nadie vio, cargaste pesos que nadie conocía y todavía estás aquí. Eso no es poco. Eso es todo.
Así que esta Nochevieja os voy a preguntar algo. Deja de lado ese pensamiento de que debes volverte diferente para ser digno. Deja ir ese sentimiento de que de alguna manera necesitas ser alguien diferente para ser amado. No es necesario tener una nueva versión de ti mismo para poder empezar la vida de nuevo. Tampoco necesitas ninguna resolución para seguir adelante.
Por un lado, porque ya eres suficiente. Ya estás creciendo, ya sanándote, ya evolucionando de maneras que ni siquiera te das cuenta. Así que sé amable contigo mismo. Honra lo que has pasado. Confía en que tus esfuerzos silenciosos e invisibles son suficientes. Y al entrar en este nuevo año, lleve consigo la resolución más radical de todas. Simplemente amarte a ti mismo, tal como eres, en este momento, incondicionalmente.
Este es el año que no tiene por qué tratarse de convertirse. Que este sea el año del ser. Que sea el año en el que dejes entrar la luz, lenta y suavemente, hasta que un día mires hacia arriba y te des cuenta de que tú también estás brillando.
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