La gran novela de la era del #MeToo

“Querido comemierda: leí lo que publicaste en tu cuenta de Insta. Eres como si una paloma me cagara en el hombro: una inmundicia asquerosa”. El intercambio epistolar empieza con la retórica de hoy, un vómito de palabras insultantes. Y sigue, carta tras carta, con un entendimiento inicial y una complicidad final entre Oscar, un escritor cuarentón acusado de abuso en plena emergencia del #MeToo, y Rebecca, una actriz cincuentona con una carrera en declive. La última novela de la escritora francesa Virginie Despentes, titulada Con toda justicia Querido comemierdaes un testimonio lúcido del pantanal actual o, como escribe Oscar, “la trágica metáfora de toda una época que se está yendo a la mierda”.

es Querido comemierdala francesa Virginie Despentes describe cómo el odio en redes sociales se vuelve un espectáculo de destrucción.

Un escritor cancelado, una actriz olvidada, una joven acusadora: en este concierto a tres cuerdas, la reducción a escala íntima de un mundo en crisis (¿no habrán dicho lo mismo los habitantes de todos los mundos que cupieron en éste?). “Uno se embriaga rápidamente de su pequeña fama”, se lamenta Oscar, que recibe el primer correo de Rebecca después de haberla cruzado por la calle y de haber publicado en internet que la vio no sólo vieja sino también burda, descuidada, repulsiva, sucia. , bulliciosa, en fin: una vergüenza. La novela se construye a partir del diálogo epistolar entre ambos desclasados ​​que al principio se detestan y después, como en una comedia romántica en la que los opuestos se atraen (pero aquí sin romance), encuentran un punto en común: el réquiem por el mundo. perdido. Los dos recuerdan con nostalgia los tiempos de la aventura física que exigían el amor o las drogas y padecen los rigores del coliseo virtual, uno en el que “a la gente le gusta que nos destruyamos, es un espectáculo interesante”.

Si es cierto que sólo los débiles se victimizan, Oscar y Rebecca se rebelan ante la peor cara de internet: el fanatismo en estado puro. Como en la serie El programa de la mañanala trama de Querido comemierda se organiza alrededor de la idea de la cancelación como el ostracismo de estos días: Despentes, hoy probablemente la autora francesa más importante junto con Michel Houellebecq, escribió la gran novela del #MeToo, un libro que revolucionó su país al narrar la fábula contemporánea. Acusado de acoso sexual por su anterior jefa de prensa, Oscar pierde el valor de su impunidad masculina, se siente escandalizado por lo que le pasa y se dedica al brulote online hasta que Rebecca lo frena. Ella es una feminista histórica, anteúltima representante de una generación que brilló por su capacidad de aguante (“nos decían ‘nada de feminismo, que es un fastidio’, y nosotras respondimos ‘no hay problema, papá, no molestaré a nadie con mis asuntitos’). ‘”) y que se compadece de los hombres con masculinidades frágiles a los que hay que tranquilizar, entender, asistir y cuidar. Él no se la banca y dice: “Me han metooizado”.

“¿Quieres saber cómo es que te cancelan? Habla con una actriz de mi edad”, concluye Rebecca. Nacido en la cloaca de la red social, el vínculo entre ambos se humaniza cuando se escriben cartas íntimas en las que hablan sobre el feminismo, las adicciones, la fama y el último mojón de la cancelación, volverse viejo. es Querido comemierdael tránsito de lo anónimo a lo personal está marcado por la única posibilidad de redención: que seamos buenos entre nosotros.

Publicado en La Nación

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